Vivir en un dormitorio en residencia universitaria La Buhaira, o cualquier otra residencia de estudiantes puede bueno o malo, en función de cómo te lo montes. Puedes hacer un montón de amigos/as pero también enemigos. Esto puede influir en que tu etapa universitaria sea fácil o increíblemente difícil.
El hecho de que hayas llegado hasta aquí muestra que tienes intención de hacer que el camino de compartir habitación en residencia universitaria sea más llevadero, por eso, toma nota:
A tener en cuenta a la hora de compartir habitación en la residencia:
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Flexibilidad:
Ten en cuenta que no todo el mundo vive como tú. Te encontrarás con compañeros/as con diferentes expectativas, deseos y necesidades. Algunas personas serán muy extrovertidas y querrán hablar todo el tiempo, mientras que otras personas serán introvertidas y estarán desesperadas por tener tiempo a solas. A algunas personas les gustará la fiesta, mientras que a otras les gustará más leer un libro…
Lo que hay que tener en cuenta si vas a compartir habitación en la residencia es que tu manera de vivir no es la única. Todas las personas tienen su propia visión. Tienes que ser complaciente con eso. Comprende que el hecho de que no les guste lo que te gusta a ti no significa que sean malas personas. Son simplemente diferentes.
¡Y qué mundo tan aburrido sería este si todos fueran como tú!
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Comunicación
Ser flexible no significa tragarse todo lo que hacen los demás hasta explotar. Esto podría mantener un estado de paz al principio, pero puede causar todo tipo de resentimientos en el futuro. Asegúrate de comunicarte claramente y pide a tus compañeros/as que hagan lo mismo, desde el principio.
Ten en cuenta que «comunicarse con claridad» no es lo mismo que «enojarse y gritar». De hecho, levantar la voz con la esperanza de transmitir tu punto de vista es siempre una mala idea para compartir habitación en la residencia. Esto hace que las personas dejen de ver la situación como una comunicación y, en cambio, lo perciban como un ataque. Y cuando la gente se siente atacada, tira del puente levadizo y se prepara para defenderse.
Si estás enojado/a por algo, detente. Desacelera. Procesa la ira. Cuando estés más tranquilo/a comienza la conversación desde un lugar neutral. A partir de aquí, será mucho mas probable encontrar soluciones.
Intenta comenzar con un cumplido, ya que suavizará cualquier crítica que se presente.
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Empatía
Siempre sabemos exactamente lo que hicimos por el dormitorio, pero rara vez vemos lo que hicieron otras personas mientras no estábamos allí. Esto nos hace sobrestimar cuánto creemos que hicimos, así como subestimar la contribución de los demás. Es fácil sentir que estás haciendo mucho más y que estás trabajando mucho más duro que los demás…
Por esa razón, para compartir habitación en la residencia, es fundamental, que antes de comenzar a gritar, hagáis una lista con todas las actividades que habéis realizado hasta ahora. Esto hará que sea mucho más fácil tener una contabilidad generalizada de las cosas que habéis aportado por el orden y limpieza. Así podréis dejar claro quién no está haciendo su parte.
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Solidaridad
Cuando os reunáis por primera vez, aseguraos de hacer todo lo posible por crear un buen clima de compañerismo. Haz algo en lo que seas bueno y que te guste hacer. Quizás te guste hornear galletas… O tal vez puedas ayudarles con algún trabajo.
Ten cuidado con hacer este tipo de cosas todo el tiempo. Es mejor hacerlo de vez en cuando y no convertirlo en un compromiso. De lo contrario, la gente dejará de verlo como una bondad y comenzará a verlo como una expectativa. Y cuando esto sucede, puede terminar siendo contraproducente para ti.
Una buena estrategia es que hagas cosas diferentes. Y si te piden que hagas algo de nuevo, sonríe dulcemente y mantén tu posición. Rápidamente les recordarás que no den nada por sentado, especialmente a ti.
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