La importancia de la inteligencia emocional

¿Reconoces la emoción que estás sintiendo en cada momento? ¿Puedes manejar esos sentimientos sin permitir que te hundan? ¿Puedes motivarte para hacer el trabajo? ¿Sientes las emociones de los demás y respondes con eficacia? Son preguntas que ponen de manifiesto la importancia de la inteligencia emocional.

Si has respondido afirmativamente a esas preguntas, es probable que hayas desarrollado algunas o todas las habilidades que forman la base de la inteligencia emocional.

La inteligencia emocional ( IE ) forma la coyuntura en la que se encuentran la cognición y la emoción, facilita nuestra capacidad de resistencia, motivación, empatía, razonamiento, manejo del estrés, comunicación y nuestra capacidad de leer y manejarnos en una gran cantidad de situaciones y conflictos sociales. La IE es importante y si se cultiva te brinda la oportunidad de realizar una vida más plena y feliz.

¿Cuál es la importancia de la inteligencia emocional?

El término ‘ Inteligencia emocional ‘, acuñado por primera vez por los psicólogos Mayer y Salovey (1990), se refiere a la capacidad de percibir, procesar y regular la información emocional con precisión y eficacia, tanto dentro de uno mismo como en los demás, y de utilizar esta información para guiar el pensamiento y acciones e influir en las de los demás.

La inteligencia emocional puede guiarnos en el camino hacia una vida plena y feliz al proporcionar un marco a través del cual aplicar estándares de inteligencia a las respuestas emocionales y comprender que estas respuestas pueden ser lógicamente consistentes o inconsistentes con creencias particulares sobre la emoción.

A medida que el lugar de trabajo evoluciona, también lo hace el cuerpo de investigación que respalda que las personas con mayor IE están mejor preparadas para trabajar de manera coherente dentro de los equipos, lidiar con el cambio de manera más efectiva y manejar el estrés, lo que les permite perseguir de manera más eficiente objetivos de negocios.

Goleman (1995) reconoció cinco categorías distintas de habilidades que forman las características clave de la IE y propuso que, a diferencia del cociente intelectual (IQ), estas habilidades categóricas se pueden aprender cuando están ausentes y mejorarlas cuando están presentes.

Por lo tanto, la IE, a diferencia de su primo relativamente fijo, el coeficiente intelectual, es un aspecto dinámico de la psique e incluye rasgos de comportamiento que, cuando se trabaja, pueden producir beneficios significativos, desde la felicidad personal y el bienestar hasta el éxito elevado en un contexto profesional.

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