Dormir bien la noche antes de un examen

Dormir es clave para obtener buenos resultados en tus exámenes, ya que mejora la memoria y la capacidad de concentración. Para maximizar el rendimiento, es conveniente que duermas 8 horas antes de un examen importante y nunca menos de 6 horas. Pero, ¿y si no puedes quedarte dormido? Para dormir bien la noche antes de un examen, asegúrate de estudiar de la manera correcta así como de comer y beber las cosas adecuadas.

Si su mente está acelerada no podrás dormirte, así que prueba con estas técnicas y consejos que te proponemos desde residencia universitaria Sevilla La Buhaira 

Cosas que debes hacer para dormir bien la noche antes de un examen 

– Haz tu última comida al menos dos horas antes de acostarte. El estómago lleno puede mantenerte despierto, especialmente si también está estresado por un examen. Evita alimentos pesados, grasos, ricos o picantes antes de dormir, ya que son más difíciles de digerir  y pueden dificultar el quedarte dormido. 

– Prueba bebidas para conciliar el sueño. Comer bien puede ayudarte a dormir, pero no comas justo antes de acostarte, ya que un estómago lleno puede dificultar el sueño. Sin embargo, puedes tomar una bebida que induzca el sueño como parte de tu ritual antes de irte a dormir.

– Evita la cafeína o el tabaco después del mediodía. La cafeína permanece en tu sistema de 6 a 14 horas, dependiendo de tu metabolismo. Fumar o tomar café puede hacer que te sientas despierto, pero también hace más difícil conciliar el sueño.

– No te preocupes demasiado por no tener una buena noche: Preocuparte por dormir puede hacer que sea difícil conciliar el sueño. El mejor enfoque es entender que dormir más ayudará, pero no entres en pánico si no lo consigues. Si no puedes dormir, no vuelvas a estudiar.

– Escribe cualquier pensamiento molesto en un diario. Una buena manera de lidiar con las preocupaciones o los pensamientos negativos es ponerlos en una lista. Ten un diario cerca para poder anotar cualquier pensamiento que no puedas sacar de tu cabeza.

– Repite tu día. Las preocupaciones sobre las cosas que debes hacer a menudo evitan que las personas duerman. En lugar de insistir en cosas que aún no has hecho, trata de concentrarte en lo que ya has logrado. La clave es recordar tantos detalles como sea posible.

– Usa la visualización para ayudar a calmar tu mente. Existe una larga tradición, que se remonta al menos a los griegos, de usar imágenes mentales para estimular el sueño. Para ayudarte a dormir, evoca imágenes de un lugar que te resulte tranquilo y relajante.

– Prueba remedios herbales.  Hay algunas hierbas que pueden ayudarte a lidiar con la ansiedad y quedarte dormido. Por lo general, puedes encontrar estas hierbas en forma de té, pero también puedes encontrar cápsulas y otros compuestos.

 

– Date un baño o una ducha caliente. El agua tibia te relajará, mientras que el tiempo en la ducha también dará a tu mente la oportunidad de disminuir la velocidad y relajarte antes de irte a dormir. 

– Pon los ojos en blanco para relajarlos. Poner los ojos en blanco relaja. Gira tus ojos en círculos amplios, cuatro veces en cada dirección, o hasta que sientas que están relajados. Esta es una buena técnica para incorporar junto con los otros métodos.

– Prueba la aromaterapia. Usar algunos aceites esenciales en un difusor o colocar unas gotas en la almohada puede ayudarte a dormir. La lavanda es el aceite esencial más popular para relajarse, y se ha demostrado en estudios clínicos que ayudan a las personas a dormir.

– Pruebe técnicas de yoga para respirar mejor. La respiración controlada es clave para la práctica del yoga y se ha demostrado que ayuda a las personas a relajarse al estimular el sistema nervioso, que controla los sistemas automáticos que ayudan a las personas a descansar.

– Establece hábitos de sueño: Los estudiantes universitarios, en particular, tendéis a tener horarios de sueño caóticos. Una de las mejores maneras de asegurarse el conciliar el sueño fácilmente es acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.

– No tomes siestas. Las siestas confunden los ritmos circadianos de tu cuerpo y hacen que sea más difícil dormir por la noche. En lugar de tomar una siesta, intenta salir a caminar o hacer ejercicio.

– Estudia en tu escritorio o en la biblioteca, no en la cama. Necesitas que tu cama se asocie con una sola cosa: dormir. Si tienes la costumbre de estudiar en la cama, será más difícil dormir allí.

– Haz ejercicio: Debido a que tu mente es lenta al comienzo de la tarde, este es el momento perfecto para hacer ejercicio o dar un largo paseo. Esto te ayudará y te ayudará a dormir mejor.

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